domingo, 20 de junho de 2010

El profesor de español inmigrantes.



Reflexiones.

Amparo Motes Soriano

El objetivo principal de este trabajo es el de opinar acerca del papel del profesor de español para inmigrantes dentro de un entorno no formal como es el caso del trabajo del profesor de ELE en los programas sociales de ONG’s o entidades sin ánimo de lucro que disponen del servicio de clases de castellano.

Vamos a tratar de ver las posibles diferencias entre la actitud, los conocimientos y características de un profesor de español para extranjeros y un profesor de español para inmigrantes, si es que las hay.

Si se hacen distinciones entre enseñanza de español para extranjeros y español para inmigrantes, entre materiales de español para extranjeros y materiales de español para inmigrantes, ¿por qué no distinguir entre profesor de español para extranjeros y profesor de español para inmigrantes?

Reflexiones sobre el papel del profesor para inmigrantes

No cabe duda de que el lenguaje, la lengua, es un sistema de comunicación, y de que al nombrar las cosas estamos haciendo que existan, las estamos dotando de significado. Cada una de esas palabras, cada uno de esos significados tiene una correspondencia con la realidad.

Si en nuestro vocabulario tenemos conceptos como el de inmigrante y el de extranjero es porque cada uno de ellos designa una realidad distinta. Nos basta con buscar en el Diccionario de la Lengua Española de la R.A.E. [1] para comprobarlo:
. Inmigrante (Del ant. part. act. de inmigrar) 1. adj. Que inmigra. Apl. a pers., u. m. c. s.

. Inmigrar. (Del lat. immigrāre). 1. intr. Dicho del natural de un país: Llegar a otro para establecerse en él, especialmente con la idea de formar nuevas colonias o domiciliarse en las ya formadas.

. Extranjero, ra. (del fr. Ant. Estrangier). 1. adj. Que es o viene de país de otra soberanía. 2. adj. Natural de una nación con respecto a los naturales de cualquier otra. U. m. c. s.

Así pues, se sobreentiende que la diferencia principal reside en que una persona inmigrante es una persona de un país que llega a otro para establecerse en él, mientras que un extranjero es también una persona de un país que llega a otro pero no necesariamente para establecerse en él, o, al menos, no con las mismas motivaciones.

La persona inmigrante sale de su país en busca de mejoras en su calidad de vida y, por tanto, con unas necesidades diferentes de la persona que sale de su país para hacer turismo, por placer.

Realmente cuando pensamos en un jugador de fútbol, por ejemplo brasileño, que viene a jugar a un equipo español, no pensamos en él como un inmigrante, sino como un extranjero, ¿por qué? Actualmente el término inmigrante es un término cargado peyorativamente.

Los inmigrantes no son ni más ni menos que los extranjeros (es más, el término extranjero sería el hiperónimo de inmigrante, así como de refugiado, solicitante de asilo, desplazado...), simplemente necesitan una atención distinta, puesto que sus necesidades, sus expectativas y su situación son distintas, de ahí la importancia del papel que va a adoptar el formador.

Si se hacen distinciones entre enseñanza de español para extranjeros y español para inmigrantes, entre materiales de español para extranjeros y materiales de español para inmigrantes, ¿por qué no distinguir entre profesor de español para extranjeros y profesor de español para inmigrantes?

No necesitan una enseñanza de la lengua distinta de la que se da en ELE, sino una adaptación de esa enseñanza a los intereses y motivaciones que les llevan a aprender la lengua meta.

Volviendo al papel del profesor, además de su labor como formador, un punto clave en la enseñanza de español a inmigrantes en un contexto no formal, esto es, desde una ONG o asociación sin ánimo de lucro, va a ser la actitud de éste. El profesor ha de ser capaz de tener una actitud abierta frente a lo nuevo, a lo desconocido, ha de ser una persona reflexiva, empática.

La clase de español va a ser el lugar de encuentro entre distintas culturas, entre distintos hábitos, distintos puntos de vista y distintas realidades, va a ser un espacio multicultural donde todos enseñan y todos aprenden, al menos esto sería lo ideal. Y, en parte, que esto se dé, esta retroalimentación, depende también, en gran medida, del profesor.

El profesor va a ser la figura en la que se apoyen nuestros estudiantes para formarse una idea de las características de sus nuevos “vecinos”.

En estos primeros momentos de contacto con la comunidad de acogida, toda experiencia que tengan, tanto negativa como positiva, va a condicionar su percepción del nuevo entorno. Este punto es muy importante ya que va influir, como ya hemos dicho, en la posible creación de estereotipos, en este caso, de lo que representan los españoles, su cultura, su modo de vida, etcétera.

El profesor va a contribuir también en esa disolución, formación o modificación de prejuicios y estereotipos. Lo ideal sería que el profesor se convirtiera en el “puente facilitador entre la cultura de llegada y la de las personas inmigrantes” [2].

Para un gran número de nuestros alumnos, el contacto con el profesor va a ser uno de los primeros contactos que establezcan con nativos del país de acogida; desgraciadamente, en muchos casos, va a ser el único contacto real continuo que tengan con un nativo.

Como ya hemos subrayado, el papel del profesor en el aula va a ser fundamental para la integración sociocultural de nuestros alumnos. Lógicamente en la clase se van a trabajar tanto aspectos lingüísticos o funcionales, como sociales y culturales.

La palabra clave en la enseñanza de español para inmigrantes es MOTIVACIÓN. Si en la clase de español para extranjeros es importante la motivación, en la clase de español para inmigrantes lo es más aún.

Para la mayoría de nuestros alumnos, la motivación fundamental para el aprendizaje de la nueva lengua es puramente instrumental ya que su objetivo primordial, en muchos casos, es el de instrumento para conseguir trabajo. No vienen a España por placer, sino que se ven obligados a dejar sus países de origen contra su voluntad, dejando allí familiares y amigos. A partir de ese momento, el aprendizaje de la lengua del país de acogida se convierte en una obligación, no en una elección, lo que lleva a un rechazo inicial de la lengua y, por ende, de la nueva sociedad en general.

En estos casos, el profesor tiene que hacer que el aprendizaje de la lengua sea motivador, que les resulte interesante, y para ello una de sus herramientas fundamentales va a ser su actitud.

El profesor deja de ser profesor para convertirse en compañero, en amigo, y en muchos casos, confesor. No podemos, ni debemos mantenernos en una postura autoritaria, como siempre hemos visto a la mayoría de nuestros profesores, sino que, como ya hemos dicho anteriormente, nuestra actitud debe ser mucho más abierta.
Nos ha sucedido a todos que si un profesor nos ha resultado pedante o “tostón”, la asignatura, por una especie de metonimia espacial, ha resultado difícilmente digerible, mientras que un profesor que explica de modo más ameno, con el que nos sentimos más identificados, hace que la asignatura adquiera un nuevo prisma. Es algo tan sencillo como eso.

Tratar de averiguar las necesidades, los intereses, motivaciones, el modo de vida de nuestros alumnos nos hará comprenderles mejor y llevar todo esto al aula. El profesor debe eliminar todo prejuicio asociado a las diferentes culturas que se va a encontrar, al igual que lo deberían hacer los alumnos. Muchas veces olvidamos que el proceso de integración ha de ser bidireccional, esto es, un conocimiento y un acercamiento mutuo entre culturas, entre individuos. La tendencia actual es confundir integración con asimilación.

Por experiencia propia, la clase de español para inmigrantes es el mejor ejemplo de convivencia entre culturas, convirtiéndose en una gran aula multicultural, donde no solo se comparten experiencias, sino que hay un interés por conocer lo “desconocido”, por conocer más sobre los demás. Lo desconocido nos genera dos sensaciones: terror, pánico, pero a la vez atracción. Cuando algo deja de ser desconocido para nosotros, deja de aterrarnos. Esa es la base de la educación intercultural.

Esta diversidad va a hacer que nos encontremos en muchos casos con una gran variedad de estilos de aprendizaje, la noción del tiempo también es muy diferente, la relación profesor-estudiante, pero todas estas diferencias van a ser salvables, es cuestión de adaptación.

Un problema que encontramos a menudo en las clases de castellano desde las asociaciones es el de la asistencia irregular. Algunos alumnos cuando encuentran un trabajo, dejan de ir a las clases por unos días, o incluso ya no vuelven; en otros casos, el horario fijado como inicio y fin de la clase no se cumple por completo, ya que el trabajo también “obliga” a salir media hora antes, o entrar media hora después.

Además, no hay un grupo fijo de alumnos, sino que el grupo está continuamente abierto a posibles nuevas incorporaciones, con lo que esto conlleva, que no es ni más ni menos que una continua vuelta a atrás.

Otro concepto importante, pues, es el de flexibilidad. Flexibilidad por parte del profesor, que no puede ceñirse a unos contenidos inamovibles y preestablecidos para ese día, para esa clase, y también flexibilidad por parte de los alumnos, que comprenden que un día fueron ellos los que llegaron por primera vez al aula.

Notas

1. Hemos consultado la vigésimo segunda edición del Diccionario de la Lengua española de la Real Academia Española a través de la página de la entidad: http://www.rae.es

2. Tomado de Tuts, Martina y Concha Moreno, “Deconstruir para construir: aprender para enseñar. Actitudes y conductas en la enseñanza de español a personas inmigrantes”, en Glosas Didácticas, Revista Electrónica Internacional, 2005; nº 15.
http://www.um.es/glosasdidacticas/
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Amparo Motes Soriano comenzó su experiencia como profesora de lengua española a estudiantes extranjeros en el Departamento de Educación Compensatoria, dentro del Programa de Atención Integral al Alumnado Extranjero y en la actualidad imparte clases de español a inmigrantes como voluntaria dentro de la institución de la Cruz Roja Española, contexto en el que se está comenzando a especializar y dentro del que está realizando el Curso de Formación Específica para la Enseñanza de Español a Inmigrantes en Contextos no Formales, por la Asociación para la Difusión del Español y la Cultura Hispánica (ADES)


Actas del Primer Congreso Virtual E/LE. Mayo 2006

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